domingo, 2 de febrero de 2014

Los cañones de los Médicis


Con esta nueva reseña queremos inaugurar la que será una nueva sección, de recomendaciones, que al principio de cada mes os traerá un libro que recomendamos desde este blog.

El libro de este mes se llama Los Cañones de los Médicis, escrito por Martin Woodhouse y Robert Ross, y se trata de una novela histórica con la que me tropecé por accidente y de la que quedé bastante encantado con la lectura. El libro nos sitúa en Florencia en el año 1477, momento en que Lorenzo de Médicis tendrá que defenderse de los ejércitos del papado que amenazan con conquistar la Florencia renacentista, hecho que intenta evitar como se verá al principio del libro con la toma del castillo de Castelmonte, bastión de Roma y clave para cortar una ruta segura de los ejércitos papales, y que toma como personaje principal a Leonardo Da Vinci.


A lo largo del libro Lorenzo contará con la ayuda logística de Leonardo Da Vinci, con la invención de unos cañones que fueron toda una innovación por su tamaño mucho más reducido, su capacidad de poder moverse a lo largo del ataque, algo impensable para la época, y su habilidad para poder disparar a cualquier blanco simplemente sabiendo su distancia, calculando de forma automática la cantidad de pólvora y la inclinación por medio de sencillos cálculos, algo completamente innovador. El tiempo transcurrido en la novela comprende desde el invierno del año 1477, hasta la primavera del año siguiente, tiempo en el que si Lorenzo no consigue tomar la plaza de Castelmonte a tiempo los ejércitos papales invadirán Florencia y el resto de principados de Italia.
Retrato de Lorenzo Médicis por el artista Rafael

La novela comienza en el invierno de 1477 en Castelmonte donde las fuerzas florentinas han levantado un sitio infructuoso a la plaza estratégica del ejército papal defendida por su gobernador el Conde de la Rovere. El tratamiento de los personajes es correcto, centrándose más como es entendible en la figura de Leonardo Da Vinci, el joven amigo del hermano de Lorenzo de Médicis, Giuliano, hombre de grandes talentos que como él mismo dice se basan en su capacidad de observación y su infinita curiosidad. Aunque también los autores toman como referencia a la hora de contar la historia el punto de vista de otros personajes a veces narradores, como Lorenzo, Giuliano, el Conde de la Rovere, Roderigo Leone el maestro artillero florentino, y otros personajes importantes como el papa Sixto VI, Francesco de la Rovere. Hasta ese momento lo que había era un infructuoso método de asedio, que se reducía a mantener a una artillería pesada disparando desde un lugar fijo por la pesadez de sus cañones a un punto de la muralla que se podía considerar débil apuntando de forma aproximada con tropas de infantería esperando en un campamento, que a su vez se podían dividir entre tropas propias de las fuerzas políticas que querían asediar la plaza a las que se podía añadir unas formadas por mercenarios, los llamados condotieros, mercenarios al servicio de las ciudades-estado. En este punto Giuliano presenta a Leonardo y Lorenzo, que tras varios encuentros que se verán en la novela llegarán al acuerdo de que el primero trabaje como empleado e ingeniero militar de este último a lo que hay que añadir alguna que otra intriga palaciega, un poco de relaciones amorosas y el viaje de Leonardo a Roma, que le dejará alguna aventura, es decir, muchos de los elementos que se pueden pedir de una novela sea del género que sea.

Los autores describen la sociedad como un lugar en el que los lobos se reparten el poder, una idea que ya provenía de Roma, en la que los poderosos de cada época y ahora con el caso de los principados italianos del siglo XV; con intrigas palaciegas donde todo el mundo tiene un infiltrado en cada corte contraria y como bien reza el eslogan de la conocida saga de libros Canción de Hielo y Fuego: “En el trono de hierro o ganas o mueres”. Así mismo como en todas las novelas de ficción suele pasar, a partir de unos personajes históricos reales: Leonardo, Lorenzo, Giuliano, Sixto VI, por ejemplo, surge una historia a la que hay que añadir personaje secundarios que muchas veces no existieron, como es el caso de la presente novela, pero que sirven para hilar un argumento interesante y que te atrape.
Autorretrato de Leonardo Da Vinci

Como punto fuerte de este libro podemos pensar en el personaje histórico de Leonardo Da Vinci, personaje que suele resultar curioso al interesado en la historia y en general todo el mundo por la cantidad de inventos que creó, sus investigaciones en tantas ramas del saber humano, tanto que lo podemos considerar todo un humanista. Se caracterizaba por llevar un estricto método en sus investigaciones más científicas, que además está reflejado y descrito en la novela, donde realiza un experimento sin mayores pretensiones que las de absorber conocimiento, pero que acaba tomando forma de conocimiento aplicable al mundo militar. Leonardo se caracterizó por no identificarse con ningún poder político reinante en las ciudades en las que vivió, como Florencia, en el taller de Andrea del Verrocchio; lo único que le preocupaba era desarrollarse como persona en cuanto a conocimientos se refiere, desde su más tierna infancia en la que aprendió que para poder adquirir conocimiento era necesaria la observación, como demostraba al desear sus paseos diarios en los alrededores de la finca en la que creció. Pero él además de contar con la predisposición a aprender contaba con el talento, como demuestra su llegada a la primera gran ciudad en la que se estableció, en el momento en que se celebraba un concurso de música, demostrando su gran maestría, así como su posterior nombramiento como maestro de ceremonias; aunque quizá como mejor se le conozca es en su faceta de pintor, de cuadros tan famosos como la Mona Lisa, el retrato de una mujer sujetando un armiño, que simbolizaba al Ducado de Milán, y otros de temática más religiosa; dentro de este campo del dibujo, arte que desarrolló no sólo por su carácter artístico sino por su aplicabilidad práctica en el estudio de muchas ramas del saber como la anatomía, campo que desarrolló en algunos estudios, del que podemos conocer el famoso estudio del hombre del Vesubio, así como se destaca sus amplias ganas de indagar en el tema, investigando este campo por medio de la disección de cadáveres. Otro campo en el que sobresalió es en el de la mecánica creando grandes inventos, muchos de ellos aplicables a la guerra. Todas estas facetas aparecen en la novela que reseñamos; nos presenta al Da Vinci naturalista, anatomista, ingeniero militar y pintor.

En poco más de trescientas páginas aquí podemos encontrarnos entretenimiento, que me sorprendió por resultar una apuesta dentro del género de novela histórica, ya que lo compré sin saber cómo iba a resultar, con un resultado muy satisfactorio; desde su ambientación al principio del asedio narrando la vida en un campamento militar asediante en el siglo XV, hasta las descripciones de las ciudades, batallas, pensamientos internos de los personajes,…

JHONNY The Kid

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